CRÍTICA: SALTBURN || Un Viaje entre Luces y Sombras
- Herol G. Perez
- 21 dic 2023
- 2 Min. de lectura
SALTBURN sigue la historia de Oliver Quick, un estudiante de Oxford que lucha por encontrar su lugar, un día se ve arrastrado al mundo del encantador y aristocrático Felix Catton, quien lo invita a Saltburn, la extensa propiedad de su excéntrica familia, para pasar un verano nunca antes visto.

Tras su impactante debut como directora en la cinta de 2020 "Promising Young Woman", Emerald Fennell nos sumerge en una nueva odisea cinematográfica con "SALTBURN". En esta ocasión, la directora da un giro radical, explorando terrenos de libertinaje, sexo, ambición, poder y elementos perversos, demostrando su versatilidad artística.
Desde la perspectiva de dirección, Fennell consigue otro triunfo y demuestra maestría con encuadres precisos, tomas ligeras y un manejo magistral de cada elemento abordado en la película. El resultado es una experiencia visualmente rica que cautiva y complace a la audiencia.
No obstante, al adentrarnos en el aspecto guionístico, la trama de SALTBURN muestra una dicotomía. Aunque personalmente disfruté de la película, no puedo ignorar que durante gran parte del metraje la narrativa parece carecer de dirección, dando la impresión de que Fennell tiene poco que comunicar. Sin embargo, emerge un tercer acto fenomenal que transforma la percepción inicial, brindando escenas impactantes y un final memorable que redime la historia.
Barry Keoghan se erige como la estrella indiscutible, encarnando su personaje con una gama de matices que van desde la timidez hasta la diablura. Su actuación contribuye a convertir a Oliver en uno de los personajes más destacados del año. Lo dije en la crítica de Priscilla, hay que valorar más a Jacob Elordi y Rosamund Pike brilla donde sea y también es crucial reconocer las notables interpretaciones de Richard E. Grant, Alison Oliver y Archie Madewke.
Desde el punto de vista técnico, la película brilla con esplendor. La fotografía cautiva con su belleza, los vestuarios deslumbran, la dirección de cámaras y la edición son impecables, y la música, tanto la original como las selecciones, añade capas de exquisitez a la obra. La escena de baile final se perfila como una joya icónica. No hagan viral la de la bañera please
En conclusión, "SALTBURN" merece ser apreciada por su dirección innovadora y las actuaciones notables, a pesar de sus altibajos narrativos, es una buena película, no es mala como tanto quieren hacer creer, pero tampoco es lo mejor del año, el guion falla muchas veces y es el tercer acto el que la salva. Con Emerald Fennell me sucedió lo mismo que con Cooper en “Maestro”, como directora Fennell avanza mucho, pero sigo prefiriendo “Promising Young Woman” y con Barry Keoghan brillando en su papel, la película logra ser retorcida, divertida y entretenida.
Mi calificacion es 8/10

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